El estilo retro ha sido uno de los estilos estrellas en lo que a interiorismo o decoración de interiores se refiere. Y aunque en la actualidad ha dejado paso a otros estilos que están pegando con más fuerza, como el estilo industrial, minimalista o nórdico, el retro sigue estando presente en muchos elementos de la decoración actual.
Cuando hablamos de estilo retro, nos referimos a la decoración que evoca a los muebles y diseños de los años 60 y 70, y también con influencia escandinava. Con el cambio de siglo empezó a usarse sobre todo en la decoración de restaurantes y locales de moda, pero cada vez más se empezaron a añadir elementos de este estilo en las decoraciones de viviendas.
Se caracteriza por ser un estilo que usa colores vivos, papeles pintados en las paredes, cojines con estampados, cortinas con estampados vivos y alfombras con tramas repetitivas. Los muebles están fabricados sobre todo en maderas claras y semioscuras y también se usa mucho plástico para fabricar muebles. En definitiva, lo que persigue el estilo retro es crear una atmósfera acogedora y alegre.
Símbolo claro decorativo del estilo retro son las sillas con patas inclinadas hacia fuera en mesas, sillas y aparadores; las líneas redondeadas, los aparadores de madera de teka, olmo o roble y la gama de colores amarillo-naranja-rojo y marrón chocolate.
Si estás pensando en elegir este estilo para decorar tu casa, te recomendamos elegir un sofá de un solo color, para no recargar demasiado la estancia. Con los cojines puedes darle el toque personalizado. Además, te recomendamos que no te olvides de la iluminación, ya que es un elemento muy importante en este tipo de decoración.
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